No existe tradición sin una buena historia… En honor a Juan Pascual.
En un rincón modesto de la provincia catalana de Tarragona, nació en 1923 Juan Pascual Grau, un muchacho que desde temprana edad conoció el peso de la responsabilidad. Mientras el eco de la Guerra Civil Española estremecía al país, el pequeño Juan asumía una carga mayor a la de su corta edad: mantener a su madre y a sus hermanos. Su padre, perseguido por motivos políticos, vivía escondido en las sombras, dejando a aquél joven como el sostén silencioso de su hogar.
A los 17 años, con más sueños que certezas, Juan consiguió trabajo como ayudante de limpieza en el mítico Hotel Ritz de Barcelona. Allí, entre cubetas y vajillas, su determinación no pasó desapercibida. Pronto fue ascendido a maître, encargado de supervisar cada detalle en los banquetes de la aristocracia europea. En un mundo de lujo casi irreal, donde se pelaban las uvas a mano frente a los condes y se hablaba en susurros elegantes, Juan Pascual entendió el poder de las relaciones públicas, el respeto por el cliente y la importancia de la auténtica hospitalidad. Tanto así que una de sus frases célebres siempre fue: «El cliente es su majestad».


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Pero fue un encuentro fugaz lo que cambiaría su destino para siempre: un mexicano adinerado, cliente del hotel, dejaba propinas tan generosas que Don Juan solía decir con picardía: “Con eso compro tres costales de patatas”. La anécdota se convirtió en visión. Si aquel hombre mexicano había cruzado el océano para darse esos lujos, tendría que haber oro al otro lado del charco.
En 1949, dejando atrás el polvo de la posguerra, Don Juan abordó un barco rumbo a América junto con su esposa, Rosa García Casadesús, su compañera inseparable. Juntos llegaron a México con una maleta cargada de sazón, experiencias y la firme intención de conquistar paladares…

En 1952, Casa Juan abrió sus puertas en avenida Insurgentes Sur, en el corazón de la ciudad. La paella que preparaba Don Juan, con toda la escuela del Hotel Ritz de Barcelona, se convirtió en leyenda. Pero Don Juan no se detuvo ahí. Amante del arte y del espectáculo, fundó el club nocturno Bulerías, un Tablao Flamenco donde la farándula se encontraba con el sabor. En sus mesas y camerinos desfilaron íconos como María Félix, Raphael, Lola Flores, Gloria Lasso, Chespirito, Juan Ferrara, Raúl Velasco y muchos más.
La mezcla de sazón y espectáculo le valió a Don Juan un lugar privilegiado en la vida social y mediática de México. La Asociación Nacional de Periodistas lo reconoció en 2005 como «uno de los publirrelacionistas más importantes del país a través de Casa Juan», título que él siempre aceptó con humildad y su clásico humor catalán.
Pero su historia también conoció las sombras. En 1980, apoyó la llegada de Luis Miguel y su familia a México, patrocinando la carrera de Luis Rey, su padre. Una traición amarga lo obligó a cerrar Casa Juan en Insurgentes en 1981. Sin embargo, como todo hombre de carácter, resurgió en 1983 en Avenida Revolución #1225, donde continuó haciendo historia…

Hoy, en el año 2025, desde su nueva sede en Alpes 48 (solo para llevar), recordamos a Juan Pascual no solo como un chef o un empresario, sino como un símbolo: El rey de la paella, que supo unir en un sincretismo el sabor de España con la grandeza del país azteca. Su paella fue degustada por presidentes de México, reyes de España y estrellas de toda una época. Su receta, su carisma y su legado siguen vivos, y con cada bocado que servimos en su honor, le decimos:
Gracias, Don Juan. Su historia sigue cocinándose.

Juan Pascual & Raúl Velasco
Presentador-Siempre en Domingo

Juan Pascual & María Félix
Actriz y cantante mexicana

Juan Pascual, Luis Rey, Marcela
Padres de Luis Miguel

Juan Pascual & Lola Flores
Actriz Española
